LA HORA DEL CUENTO
Es
importantísimo ayudar al niño a descubrir el placer de escuchar cuentos, y para
ello nosotros (educadores, padres…) debemos descubrir el placer de transmitir
cuentos. Nosotros somos la voz para que ellos lleguen al libro que aún no saben
leer.
Vamos
a distinguir tres formas de transmisión literaria:
El
cuentacuentos:
Los relatos ya sean historias o cuentos nacidos de la imaginación o recogidos
del mundo, son transmitidos oralmente. Es un acto de creación, ya que cada vez que el
narrador transmite un mismo cuento, lo plasma, lo vivifica, pero siempre con
alguna variante que lo identifica. Nunca contará, aún proponiéndoselo, el mismo
relato punto por punto.
La narración enriquece la imaginación de
los niños, ya que en el cuentacuentos no se enseñan imágenes.
La
narración con libro:
La técnica de la narración con libro es muy parecida al cuentacuentos, porque
en realidad no se lee, sino que se cuenta, pero con el apoyo de las imágenes.
El narrador va recreando la historia a través de las ilustraciones que muestra
a los niños y va asegurándose de que se fijan en los detalles, en los gestos,
en los movimientos...
Al
igual que en el cuentacuentos, debe conocer la historia de antemano para
transmitirla con sus palabras y para interactuar continuamente con los
receptores.
La
lectura: El que
lee un texto en voz alta es un intermediario entre el texto y un grupo de
oyentes que, o no saben leer o no disponen del texto para leerlo personalmente
(en este caso niños que no saben leer). La lectura en voz alta es un acto de
expresión oral, y el lector puede o no enseñar las imágenes a sus oyentes.
Diferenciadas
brevemente las tres formas de transmisión literaria, comenzaré el análisis del
cuento que escogí:
“LOS
MÚSICOS DE BREMEN”
Elegí
este cuento, porque cuando éramos pequeños a mi
hermano y a mí nos gustaba mucho y me trae muy buenos recuerdos (incluso
se hizo una serie llamada “Los trotamúsicos” inspirada en la historia.)
“Los
músicos de Bremen” es un cuento de los hermanos Grimm (Wilhelm y Jacob Grimm),
traducido sería “Die Bremer Stadtmusikanten”, y transcurre en la Baja Sajonia,
en los alrededores de Bremen
(Alemania)
La historia
que se narra es la de cuatro animales: un burro, un perro, un gato y un gallo, cuyos dueños han decidido
sacrificarles, porque consideran que, por su vejez, éstos sólo consumen comida
y ya no les son útiles para el servicio doméstico. Los animales se encuentran
después de que cada uno, en forma independiente, haya huido de la casa de sus
respectivos dueños. Al conocerse, deciden iniciar un viaje con destino a la
ciudad de Bremen. En su camino hacia Bremen, llegan al anochecer a una choza en
la que están refugiados unos ladrones. Con el objetivo de asustarlos para
ocupar ellos la vivienda, forman una figura esperpéntica con sus cuerpos, al
treparse en la espalda de cada uno de ellos, en el orden que se ha mencionado.
Así emiten los sonidos propios de su especie, en unísono, lo que hace huir de
terror a los bandidos.
Refleja que de cualquier aprieto se
pueden sacar fuerzas y empezar de nuevo, la opción de ser músicos cuando ya no
servían para ningún otro trabajo.
Dando una
vuelta por la “Ruta de los Hermanos Gimm, ruta de los cuentos de hadas”
,
averigüé que en la primera versión del cuento ni siquiera se nombraba a la
ciudad, pero en 1953 Bremen (donde es muy popular esta
historia) colocó una estatua del grupo musical al lado del ayuntamiento.
Como está
explicado en el resumen del cuento, los protagonistas son cuatro animales, una
de las razones por las que he concretado la edad de los lectores de 4 a 5 años,
además tiene una clase de acciones encadenadas al principio hasta que se juntan
los cuatro animales, la trama es acumulativa pero con una clara secuencia
unidireccional. Por otra parte, es un
cuento clásico, popular y por eso no tuve dudas de cómo lo iba a transmitir; contándolo. Generalmente esta clase
de relatos nos llega a nosotros precisamente de forma oral, por lo que se
prestan más que otros a ser narrados. El cuentacuentos
era la forma ideal en mi opinión para hacerles llegar esta bonita historia.
Para captar
el interés decidí empezar haciendo una pregunta. ¿Conocéis quienes son los
músicos de Bremen? Eran cuatro animales,
¿Queréis que os cuente su historia?...
Conté la
historia en tercera persona y decidí no hacer voces a los animales, ya que eran
cuatro, y no sólo no es de mis mayores virtudes, es que puede llevar a la
confusión de los niños si no lo haces bien.
Al principio
el cuento es más monótono ya que las secuencias en las que se van encontrando
los animales son bastante parecidas, luego el ritmo, la entonación y la
expresividad fueron aumentando.
Por otra
parte, me parece muy positiva la interactuación con los oyentes, porque a
través de ella, los introducimos en la historia y mantenemos su atención. En
este caso, a la hora de emitir los sonidos propios de cada animal (el burro
rebuznando, el perro ladrando, el gato maullando y el gallo cantando), mi
intención es que lo hicieran ellos (en clase lo hicieron mis dos compañeras). Creo
que les puede gustar mucho y se involucrarán más en la historia.
Al
terminar el cuentacuentos, a mis compañeras les sorprendió que hubiera sido
capaz de decir tantos detalles, pero además de haberlo preparado, una de las
características de estos cuentos es que su esquema suele ser lineal y es fácil
su memorización. Por otro lado me comentaron que al principio de la historia
tenía que haber cambiado la entonación; romper de vez en cuando el tono. Tienen
razón que cuando fue avanzando la historia cada vez me sentía más cómoda y eso
lo refleje a la hora de transmitir, a esto se suma que la segunda parte de la
historia tiene mucha más emoción y da pié a subir y bajar más la entonación.
Por otra parte, esos “nervios” del principio también hicieron que el ritmo
fuera demasiado rápido, tal vez contará la historia algo deprisa. Y si algo
estoy aprendiendo es que hay que disfrutar de los cuentos, porque si lo haces, transmites
y logras que el niño se meta de lleno en la historia y la disfrute como tú.
Otra
de las cosas que observaron y yo no me di cuenta, es que aunque narré la
historia en tercera persona, con alguno de los animales hable en primera
persona y con otros no. Ellas me aconsejaron que a la hora de que hablen los
animales (primera parte, cuando se van encontrando) queda mejor si las conversaciones
son en primera persona y creo que tienen razón.
Para
terminar, he de decir que lo difícil y lo bonito de un cuentacuentos es que es
una historia que la sabes bien pero a la
vez la improvisas cada vez. Una de las veces utilicé la expresión “sentirse
identificado”, y como me dijeron mis compañeras tal vez los niños no lleguen a
entender bien el término aunque se entienda el contexto. Hay que tener en cuenta
la edad de quien te escucha, y para este cuento decidí que sería niños y niñas
de 4- 5 años.
Soy
consciente de que a la hora de contar un cuento son muchas cosas las que hay
que preparase, y aunque no se lo pude contar a nadie antes de clase, estuve
practicando dando vueltas por mi habitación y frente al espejo. Sé que narrar
bien lleva tiempo de dedicación, pero se ve recompensado por esos pequeños pero
grandes oyentes.
Para
terminar diré que en mi opinión “Los músicos de Bremen” es un cuento con
grandes posibilidades sobre todo dentro de un aula, a la hora de contarlo, a mí
personalmente me gusta que los niños estén en círculo junto a el/a educador/a;
siento más cercanía, pero también pueden estar sentados en sus sillas y el/la
profesor/a de pie, ya que sobre todo la segunda parte da lugar a mucho
movimiento y expresividad.
Por
otra parte y aunque no es la función de un cuento de estas características
enseñar conceptos, los niños recuerdan los sonidos de los animales e incluso
podemos meter el tema de la música, hablándoles o utilizando instrumentos que
el narrador quiera para cada animal.
Terminaré mi
análisis con una curiosidad de este cuento, ya que en realidad no se sabe si
los animales llegaron a Bremen o se quedaron en el camino en una de sus
aventuras extraordinarias.
Hola Isabel, acabo de leer tu entrada de esta actividad, me parece que esta super completa, ademas la eleccion de la historia me parece curiosa ya que no es un cuento que se utilice con asiduidad y es muy bonito, ademas por lo que veo fue una historia participativa y eso a los niños les gusta mucho. Espero que cuando vuelvas a contar este cuento tengas en cuenta las aportaciones que te hicieron las compañeras.
ResponderEliminarBueno, poco mas que decir, asique un saludo y felices vacaciones.
Estupendo comentario, Lidia.
ResponderEliminarUn trabajo perfecto, Isabel. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias a las dos, vuestros comentarios me ayudan y me animan mucho. Un abrazo
ResponderEliminarIsa
Hola Isabel, yo escuché tu cuento en clase y me encantó como lo hiciste, he visto que has considerado los comentarios que te hicimos y cómo los has tenido en cuenta. Me gusta las soluciones que propones en cuanto al ritmo, la entonación e interactuación que la historia permite. Me apunto este cuento para mi repertorio, y espero tener la oportunidad de contárselo a mis futuros alumnos. Un abrazo, María
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