ANA Y LOS 7 FUGITIVOS
Este
cuento transcurre en tierras toledanas, en un reino no muy grande llamado Aldeabonita,
en cuyo castillo vivían el rey, la reina y su hija pequeña; la princesa Ana.
Además
de compartir la belleza heredada de su madre, la princesa fue educada para ser
una niña fuerte, generosa y lista. Valores que sus padres supieron inculcarla.
Cuando
Ana era pequeña su madre enfermó, muriendo al poco tiempo. Y al rey que paso
largos años solo y desamparado, le aconsejaron contraer de nuevo matrimonio
para poder engendrar un hijo varón, ya que sino el reinado se quedaría sin
sucesor.
Y
así fue; el rey se volvió a casar con una mujer también bastante guapa y buena
pero muy obsesionada con la belleza. Hasta el punto llegaba su obsesión que
buscaba el servicio de los brujos de la zona para poder seguir siendo bella y
joven siempre.
Un
día un brujo la dijo que la única manera de mantenerse joven y guapa sería
haciendo un hechizo y para ello necesitaba el corazón de la persona más bella
que hubiera. Pero el brujo insistió; - tan importante es la belleza de fuera como la
de dentro. -
La
madrastra buscó y buscó, pero no sabía dónde encontrar aquel corazón, hasta que
un día mirando por la ventana vio a Ana sentada en los jardines leyendo y se
dio cuenta que no encontraría corazón más bello que aquel; era hermoso, bueno e
inteligente. Enseguida desechó la idea; había estado al lado de esa niña
durante los últimos años y no quería que
la pasara nada malo.
Pero
pasó el tiempo y la madrastra cada vez más angustiada, veía que pronto no sería
joven y guapa, así que decidió hacer lo que al principio descarto; mandar a un soldado a por el corazón de Ana.
El
soldado obedeciendo las órdenes la llevo al monte…
-
Sé
cuáles son tus intenciones soldado – dijo Ana. – Escuché como te encargaban
deshacerte de mí.
El
hombre asombrado, sin decir palabra y sin poder evitar que sus
ojos se empañaran, no
pudo hacerlo, había visto crecer a aquella niña, la que ahora serena le decía
aquellas palabras… y decidió que la dejaría libre.
Para
ello tenían que pensar como engañar a la madrastra, Ana recordó que en uno de
sus libros comparaban el corazón del cerdo con el del ser humano, puesto que es
el que más se parece, así que los dos decidieron dar el órgano de aquel animal
a la actual reina. Pero antes de despedirse, Ana que ya sabía las intenciones
de su madrastra, le dio al soldado una cajita con algo dentro para que se la
diera a su padre ya que sabía que nunca más le volvería a ver.
Así
comenzó a sobrevivir en los montes de Toledo, y cuando apenas llevaba un par de
días, encontró una cueva donde decidió refugiarse. Y sin poder remediarlo,
debido al cansancio que tenía se quedo dormida.
Cuando
despertó estaba atada de pies y manos y la rodeaban 7 hombres.
-
¿Quién
eres? - dijo el que parecía más mayor.
Ella
aturdida y con miedo no sabía que decir, pero tenía claro que mostrar su
verdadera identidad, no era buena idea.
-
Me
llamo Ana – dijo- Necesito huir.
Fueron
las únicas palabras que les dijo y ellos que también eran fugitivos no
necesitaron saber más para dejarla quedarse.
Los
7 hombres que en realidad eran 7 fugitivos la contaron como el gobernante del
rey estaba oprimiendo al pueblo. Los aldeanos eran sometidos a grandes
represiones y tuvieron que escapar, algunos incluso abandonando a su mujer e
hijos para así evitar la muerte.
Ana
no podía evitar la cara de asombro, sobre todo que su padre no era consciente
de la situación real de su pueblo.
Le
aclararon que no eran malhechores ni ladrones, sólo sobrevivían con lo que el
campo les proporcionaba y con los víveres y enseres que algún pariente les
había llevado a esos montes de Toledo, eso era algunos casos, otros llevaban
años sin ver a su familia. Y esa supervivencia, esa unión les había convertido
en 7 hermanos.
Emocionada
y casi sin poder decir nada al escuchar la historia de cada uno, Ana sintió que
aquel era su sitio, al fin y al cabo ella también era ahora fugitiva.
Y
siendo consciente de que su nueva vida requería de esa fuerza que tanto la
inculcaron de pequeña, cogió su larga melena castaña y con una navaja la cortó.
Quería ser uno más y de esta manera podría hacer lo que ellos, salir de la
cueva sin que probablemente la reconocieran.
Pasó
mucho mucho tiempo, era difícil saber cuanto con exactitud. La vida en los
montes de Toledo era diferente, el tiempo no transcurría de la misma forma, y
aunque era muy duro, Ana se sentía bien, segura.. además aprovechaba cualquier
momento para enseñar a leer y escribir a los hombres, que estaban encantados
con su nueva compañera.
Por
otro lado, había alguien que le hacía estar todavía más feliz. Era el pequeño
de los fugitivos, todos tenían apodos y el suyo era Resorte. No se puede decir
que hubiera sido amor a primera vista como en los “cuentos”; no sólo eran los más
jóvenes sino los más cabezotas, por lo que les costaba ponerse de acuerdo, pero
esas diferencias fueron dando paso a una bonita
historia. Y aunque al principio intentaron evitarlo (por lo que supondría para
el resto de hermanos), era un secreto a voces. Cuando al cruzarse, sus manos
chocaban, un escalofrío recorría el cuerpo de Ana, (estaba segura que se
trataba de aquellas “mariposillas” que su madre un día la dijo que sentiría
cuando amara a alguien de verdad) y lo mejor era que sólo con mirar a Resorte sabía
que él también experimentaba esa sensación mágica.
Y
así, iban pasando los días y Ana sentía que tenía que decir la verdad, por lo
menos a la persona que tanto quería.
-
“Hoy
cuando nos veamos en el río se lo diré” – no paraba de repetirse.
Pero
no pudo, Resorte era un chico muy activo, no paraba de moverse, de hablar y
ella no encontró la forma de explicarle quien era en realidad. Así que decido
escribirle una frase en un papel, se la metió en el bolsillo sin que él se
diera cuenta y así lo leería.
Pero
al llegar a la cueva, comenzaron a oír muchas voces; algo pasaba. Resorte pidió
a Ana que se escondiera mientras él se acercaba; un ejército de la Guardia Real
se llevaba a sus 6 hermanos, pero eran superiores en número y consiguieron
apresarle a él también.
Ana
llorando, escondida tras una roca, bajó a la cueva, no entendía nada, pero de
repente vio numerosos papeles por el suelo, en ellos encontraría la respuesta; en
los panfletos había una foto suya, era de hace mucho tiempo, de su vida en palacio,
la costaba incluso reconocerse. La Guardia Real no había llegado hasta allí por
los 7 fugitivos, sino por ella que era a quien buscaban.
No
tenía muy claro el tiempo transcurrido pero supuso que era el suficiente para
que su madrastra hubiera descubierto que el corazón que le llevó aquel soldado no era
el suyo…
Había
puesto en peligro la vida de los 7 hombres que le habían ayudado tanto y sólo
podía hacer una cosa por aquellos que un día la salvaron, ir a palacio y
presentarse como quien era; la princesa.
Cuando
Ana llegó a palacio, pidió ver al rey, alegando que era su hija. El rey que no
entendía porque su actual mujer buscaba a su hija ya que él tenía la certeza de
que había fallecido no quería ver a aquella muchacha, pero la madrastra
insistió. Los dos miraron a Ana, y cuál fue el asombro de ésta cuando ninguno
la reconoció. Pelo corto, bastante cambiada.. no recordaba la última vez que se
miró a un espejo, pero…
-
“¿Ni
mi propio padre me reconoce?” – pensó Ana-
La
verdad es que él también estaba desconocido,
muy desmejorado y apenas se paró a mirarla.
Y
así, bajo su asombro se dio cuenta de que su plan había fallado y que ahora
ella también estaba encarcelada y que probablemente moriría, ya que sabía que
ninguno de los 7 fugitivos la delataría porque ellos si la reconocieron en ese
papel, reconocieron aquella niña con ojos de miedo que encontraron en su cueva.
Una niña que se había convertido en una mujer valiente pero que seguía
conservando esa dulzura que les había cautivado a todos.
Al
llegar la noche el rey sin saber muy bien que le empujaba hasta allí, bajó a
los calabozos. De repente escuchó a Ana contar un bonito cuento a sus
compañeros de celda contigua. Ana les cuenta a los 7 fugitivos la historia que
cuando era niña leían su madre, su padre y ella.
El
rey reconoció aquella historia que tan buenos momentos le trajo a la mente. Cogió
la cajita que el cazador le dio cuando su hija murió, que aunque nunca se
atrevió a abrir la llevaba siempre encima. La abrió y al ver lo que había
dentro se puso a llorar: “Su niña estaba viva y la había encontrado”
De
esta manera y como era de esperar todo acabó bien; la madrastra abandonó el
reino, Aldeabonita, dio honor a su nombre volviendo a ser aquel lugar que fue
tiempo atrás, con aldeanos contentos y sin injusticias. Los fugitivos dejaron
de serlo y volvieron a sus casas con sus familias, sin olvidar que era mucho
más que sangre lo que siempre les uniría.
¿Y
Resorte y Ana?
Cuando
los dejaron libes Resorte descolocado por quien era realmente su amor sin saber
que hacer, descubrió en su bolsillo una nota:
“FUGITIVA
O PRINCESA, SIEMPRE ESTARÉ A TU LADO”
Y
así fue.
* FIN *
ASPECTOS
QUE HE TENIDO EN CUENTA A LA HORA DE HACER LA ADAPTACIÓN DEL LIBRO “LA PRINCESA
Y LOS 7 BANDOLEROS”
Empezaré
diciendo que creo que he conservado la esencia del cuento, la estructura de la
princesa que huye de su madrastra, se encuentra a 7 personas que le ayudan y
más tarde es ella la que les ayuda. Además de la historia de amor entre uno de
los 7 hombres y la protagonista.
Pero
¿Cómo empezar a hacer una adaptación? Estableciendo la edad a la que va
dirigida. El cuento es para niños de 5 - 6 años; ya tienen más vida imaginativa
y disfrutan de cuentos donde hay hadas, brujas… por esta razón una de las cosas
que he incorporado al cuento es el hecho de que haya un objeto mágico, en este
caso un objeto real; el corazón, por medio de un corazón bello la madrastra
pasaría a ser la más guapa y joven del reino.
Por
otro lado, el tema del corazón aporta un aprendizaje extra en los niños. Se les
puede plantear la pregunta de si saben cuál es el corazón de animal que más se
parece al del ser humano. En la historia
he querido dar importancia al aprendizaje, destacando así otras cualidades de
las princesas que no sean sólo la belleza, gracias a lo que leía Ana, sabía que
el corazón del cerdo podía sustituir al suyo. Las letras; leer y escribir tienen
un papel importante, Ana les enseña a los fugitivos y además de esta manera Resorte
comprende la nota final.
Como
ya he dicho quería que la figura de la princesa cambiara y no fuera solo de
muchacha bella. Por eso he metido el valor de la belleza no sólo de forma
externa sino mirando dentro de cada uno.
Además
la princesa corta su melena, cambia exteriormente que simboliza un cambio de
una vida a otra.
Otro
valor y que también he modificado a la hora de adaptar el cuento es que no eran
7 hermanos, por lo menos no hermanos de sangre, pero si tenían un amor,
compañerismo y unión los unos con los otros que iba más allá del parentesco.
Como
contravalor está la figura de la madrastra, pero no quería que fuera “mala”
desde el principio, quería reflejar en ella un sentimiento de amor hacia la
princesa pero al final no puede
controlar sus ganas de luchar contra el paso del tiempo, y aparece en ella
reflejada la envidia.
También
he pretendido dar un toque de intriga; ¿Qué había en la caja que Ana dio al rey
para que al final terminará de convencerse de que era su hija? Creo que sería
una buena pregunta para los niños, ¿Qué creerán ellos que hay dentro?
Sobre
el final, quería que acabara bien, ya que a esa edad los niños que ya empiezan
a ser conscientes de la conducta moral, necesitan un final feliz. Y como la
historia de amor no podía acabar con “se declararon su amor y vivieron felices
y comieron perdices”, he metido el tema de la nota en el bolsillo y la declaración
de la chica. Un toque romántico, sinceramente muy típico en mí. Era una
historia de amor que no empezó como las de los demás cuentos con un “amor a
primera vista”, sino que fue un proceso de “querer y no querer”, por eso creí
que su final también tenía que ser algo especial. Por otro lado, no hay beso en
esta historia, sin embargo queda reflejado el amor de los protagonistas y aunque
tal vez sean pequeños para el tema de “las mariposillas”, me parecía una forma bonita
y real de expresarlo y que si no es ahora entenderán mejor cuando sean más
mayores (nunca hay que dejar de leer cuentos sea cual sea tu edad). Además los textos folclóricos (en este caso una adaptación) se
suelen transmitir oralmente por lo que cabe la posibilidad de que se varíe algo
al contarlo de una vez a otra, pero siempre se debe respeta la forma.
Y
para terminar, como ya he dicho esta historia tiene parte de mi vida, no sólo
en la historia de amor, también he querido poner el nombre del reino
“Aldeabonita” en homenaje a mi pueblo “Aldeanueva de san Bartolomé, más
conocido como “Aldeanovita”, además hace referencia al concepto tan importante
en el cuento; la belleza. Por otro lado, los nombres que aparecen son; Resorte el apodo
que tenía mi bisabuelo cuando estuvo escondido en los montes de Toledo y Ana;
mi madre, que indiscutiblemente no podía
ser otra la protagonista de mi historia. No se me ha ocurrido otra manera mejor
de hacer mío este cuento.
Hola Isabel, me gusta la adaptación que has hecho de la historia que nos contó Irune, le introduces algunas cambios a la historia inicial como es el caso del momento de la detención de los fugitivos, me parecen curiosas las referencias que haces sobre tu entorno familiar reflejados en los personajes. Creo que has seguido de manera correcta la estructura para adaptar una historia, y me ha gustado que en tu explicación posterior reflejes valores que aparecen en la adaptación.
ResponderEliminarHay una frase en la historia que cambiaría ya que creo que seria poco entendible por los niños de esta edad" al ser los más jóvenes chocaban mucho, pero las discusiones fueron dando paso a una bonita historia" lo de "chocaban mucho" le daría una vuelta yo pondría "como eran muy jóvenes no se ponían de acuerdo muchas cosas pero después de un tiempo esos desacuerdos fueron dejándose atrás y ......."
Lo que mas me ha cautivado es la frase final:
“FUGITIVA O PRINCESA, SIEMPRE ESTARÉ A TU LADO”
Y así fue.
Una alternativa al "Fueron Felices y comieron perdices"
Gracias Lidia, tienes razón en que el término "chocaban" puede resultar ambiguo para los niños, no le he dado mucha importancia puesto que al ser un texto folclórico por lo general se transmite oralmente y luego a la hora de contarlo se puede cambiar, pero he seguido tu consejo y he cambiado la frase. Espero que quede mejor.
EliminarSobre el final, quería que fuera distinto, me alegro que te haya gustado.
Gracias por leer mi historia. Un beso Lidia
Isa
Es una buena anotación y creo que Isa te ha respondido muy bien.
EliminarMe ha encantado tu adaptación, la reflexión qe hay tras los cambios y cómo has mantenido el simbolismo original incluyendo algunas otras notas simbólicas que lo hacen "tuyo". El homenaje a tu abuelo y a tu madre me han parecido enternecedores. Un trabajo maravilloso ¡Enhorabuena!
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