miércoles, 23 de abril de 2014

23 de Abril

Hoy es un día bonito; lleno de magia, aventuras, risas, melancolía, amores, conocimientos, lleno de historias, lleno de libros.

Las navidades pasadas, una conocida editorial me dio un panfleto con los derechos de los lectores. Me gustó mucho y creo que siendo el día del libro es un buen momento para compartirlo con todos.



Yo soy de las que no aguanta; aunque vaya por una página, avanzo, leo un cachito y vuelvo donde estaba. Si me gusta mucho el libro necesito saber un poco y así seguir leyendo tranquila y si no me gusta tanto, necesito saber que en el futuro pasará algo interesante. Ya, es raro, nadie entiende porque lo hago y dicen que pierde la emoción, puede ser pero…es mi derecho como lector ¿no?


Disfrutad del día del libro y leed algo, aunque sea una estrofa de vuestro libro favorito

jueves, 17 de abril de 2014

APRENDIENDO CON.. “EL SABOR DE LA LUNA”

Leer, para un niño, supone un esfuerzo perceptivo y psicomotor, pero también la búsqueda inteligente del sentido de un texto, y debe llegar a ser el placer de descubrir.
Buscar el sentido del texto porque leer no es descodificar, es comprender. Y a la vez descubrir.
La manera de enseñar a leer y escribir es muy importante; utilizar las herramientas adecuadas y tener en cuenta la edad del niño.
En esta actividad voy a crear un material didáctico, para ello primero repasaré los distintos métodos de lectoescritura (que ya pudimos ver un avance cuando analizamos “Letrilandia”).
Por un lado están los métodos sintéticos; son los más antiguos y se llaman sintéticos porque trabajan de la síntesis al análisis, de las partes más pequeñas a las mayores por medio de la composición. Dependiendo de la progresión sintética que sigan pueden ser: alfabético (letra- sílaba- palabra- frase), fónico o fonético (sonido/letra - sonido/sílaba - sonido/palabra - sonido/frase) o silábico (sílaba- palabra- frase).
La parte más pequeña del código es la letra, que al igual que su unión; la sílaba, son elementos no significativos. Los métodos de base sintética no son significativos y requieren un alto grado de razonamiento simbólico que el niño no posee hasta los 5 años más o menos. Actúan sobre la ruta fonológica y requieren la memorización de elementos que no pueden ser comprendidos.
Las ventajas de este método es que desarrollan la memoria, obtienen resultados rápidos y proporcionan autonomía al alumno, ya que al conocer los componentes identifican cualquier palabra.
Pero también tiene inconvenientes ya que son muy mecánicos y poco motivadores además no responden a la psicología del aprendizaje, el alumno reconoce por sí solo los significantes pero no el significado.

Por otro lado están los métodos analíticos o globales; se llaman analíticos porque trabajan el análisis de los elementos desde los mayores a los menores. Siempre parten de elementos lingüísticos significativos y utilizan la memorización y la asociación para conseguir la asimilación. Al igual que en los sintéticos dependiendo de la progresión analítica que sigan se distinguen tres tipos: fraseológico (frase - palabra - sílaba - letra), contextual (texto - frase - palabra - sílaba - letra) y léxico (palabra - sílaba - letra.)
El contexto, la motivación (el interés) y la globalización (a cierta edad el niño percibe mejor la totalidad que las partes) favorecen el aprendizaje. Además de la globalización y el interés, la percepción visual son los  tres principios generales de este método, de ahí que trabajen la ruta ideovisual.
Las ventajas de los métodos analíticos son que se apoyan en los principios evolutivos de los niños respetando el proceso de aprendizaje, parten de partes significativas y fomentan la creatividad con un aprendizaje lúdico y divertido.
Los inconvenientes son que el aprendizaje es más lento, excesivo desarrollo de la percepción visual sobre la auditiva, gran preparación del maestro ya que es difícil comprobar las necesidades e intereses de cada alumno, además el niño no conoce el código escrito y no identifica palabras nuevas.

Vistos los dos métodos, con sus ventajas e inconvenientes, el mejor es un método mixto; que utiliza elementos y técnicas de los métodos analíticos y de los sintéticos. Y concretamente mixtos de base analítica; que tratan de acercarse más aún a los intereses del niño y respetar sus procesos de aprendizaje, parten de elementos significativos y van continuamente del análisis a la síntesis y de la síntesis al análisis. Requieren mucho trabajo por parte del profesor y el desarrollo de la motivación en el niño y deben trabajar tanto la ruta ideovisual como la ruta fonológica.
Existen dos tipos de métodos mixtos; el ecléctico (elaborado por las editoriales) y el método personalizado (elaborados por los maestros)
En este último, son los mismos niños los que marcan el proceso y el nivel dentro del marco de la enseñanza globalizada; cada uno comienza el aprendizaje en el momento óptimo de madurez y motivación y sigue su propio ritmo. Utilizan técnicas mixtas y favorecen el trabajo en rincones. Los textos sobre los que se trabaje no deberían ser pre-escritos sino elaborados o recopilados por el maestro y los propios niños.

Y es esto lo que voy a hacer en esta actividad: elaborar un material personalizado para los niños y que trabaje ambas rutas; tanto la ideovisual como la fonológica.
En todo material una de las rutas es siempre más dirigida, en mi caso será la ruta fonológica ya que se trabaja con letras, por tanto la edad será a partir de los 5 años (5- 6 años).
Se trata de buscar letras para formar la palabra que define una imagen, imagen que he sacado de un libro de literatura infantil que a los niños les encanta: “¿A qué sabe la luna?
“¿A qué sabe la luna?” es un libro que a mí me ha cautivado, ya hice un análisis de él en la asignatura de “Literatura Infantil” y fue Irune (la profesora) quien me dio la idea de inspirar la actividad en el libro. Yo propuse este libro para 3- 4 años y por supuesto a esa edad ya podemos empezar a trabajar la lectoescritura, mediante la ruta ideovisual, de esta manera cuando lleguen a los 5- 6 años reconocerán y leerán los animales y personajes que aparecen en la historia y podemos ampliar a la ruta fonológica, ya que tanto para el aprendizaje de la lectura como para el de la escritura es necesario aprender las letras una a una y su dirección. Es importante reconocer las letras independientemente, destacando el papel otorgado a la conciencia fonológica.
Además es un material que les motiva; lo han visto antes y es familiar para ellos tanto los personajes como las ilustraciones, mediante las cuales (relacionando las palabras con las imágenes) se sigue trabajando la ruta ideovisual. En mi opinión es importante que el material interese a los niños, para ello también podemos utilizar elementos de su vida cotidiana como objetos de clase, de casa… por lo que este material se puede hacer con infinidad de temas que al ser reales les motiva más aprender.
Por otro lado está el tipo de letra, en el material elaborado es bueno que aparezcan letras mayúsculas y letras minúsculas pero no sólo la letra escolar que aprendemos de pequeños sino las letras de imprenta que luego son las que solemos utilizar de mayores. Es importante que los niños reconozcan los tres tipos de letras.
Aquí os muestro una plantilla del alfabeto con los tres tipos de letras que he cogido del blog maestraespecialpt.


Físicamente el material tiene la forma de un calendario de mesa donde hay letras e imágenes que se van pasando.
A continuación explicaré el material necesario y la elaboración ayudado de fotos para que se entienda mejor.

Un material debe realizarse en poco tiempo, utilizar materiales baratos o reciclados, resistentes y seguros para los niños, por eso he intentado utilizar cosas que tuviera en casa:
Materiales:
-          Cartulina. Como tenía en casa carpetas de cartulinas es lo que he utilizado
Mi carpeta es color amarillo y la medida es de 48 x 31, las rayas de las carpetas no se verán mucho porque serán la parte de dentro del calendario pero aún así se me ha ocurrido pegar papel de regalo azul (que va con la temática del material). Esto por supuesto es opcional.
-          Regla, pegamento, lápiz..
-          Plantilla del alfabeto (la mostrada anteriormente) con los tres tipos de letra.
-          Los dibujos del libro. Una portada y contraportada del libro y todos los personajes que aparecen en el libro: la luna, tortuga, elefante, jirafa, cebra, león, zorro, mono, ratón y pez. Los dibujos son los mismos que aparecen en el cuento, son ilustraciones preciosas y además son con las que ellos están familiarizadas, no tendría sentido poner otro león o mono que no es el que está en el cuento.
-          Papel protector del plástico transparente adhesivo, es decir el que se utiliza para forrar libros. Es importante que el material sea resistente y para eso lo mejor es plastificarlo, para hacerlo en casa lo podemos forrar que el resultado es prácticamente igual.
-          Anillas. Para hacer el “calendario” podemos encuadernar o utilizar anillas. Yo he preferido hacer lo segundo para hacerlo todo yo, pero hay que tener cuidado con este tipo de material que será duro y no se abra fácilmente para que no suponga un peligro para los niños.
-          Perforador. Para hacer los agujeros.

Elaboración:
Para hacer la forma de calendario dividimos el largo de la cartulina por la mitad; como es una carpeta, mi cartulina ya está dividida por la mitad que sería 24cm. Hacemos otra división a cada lado de las dos mitades que han quedado (yo la he hecho de unos 6 cm). A continuación lo muestro con una foto en la que se ve también el papel azul que le he puesto en el lado de atrás de la cartulina.

Una vez que hemos dado forma a la cartulina, vamos imprimiendo y plastificando las letras y los dibujos.

Los recortamos y hacemos un agujero en cada letra y dos agujeros en las imágenes ya que son un poco más grandes.
A continuación anillamos las letras, las imágenes y la portada y contraportada. (la contraportada se verá al pasar todas las imágenes.) Las letras las he colocado en orden alfabético y las imágenes en el lugar  que van apareciendo en el libro.
Y este es el resultado:













Para terminar no debemos olvidar la autoevaluación: Es importante que los niños descubran ellos mismos si han formado bien las palabras, para ello detrás de cada imagen aparecerá la palabra escrita correctamente. Muestro un par de fotografías con el ejemplo.



Una vez finalizado el material, he de decir que podría haber quedado mejor; hay algún agujero más del que debiera y tal vez si se hubiera encuadernado en lugar de poner anillas pasarían mejor las letras y las imágenes pero mi intención era que así se podían hacer fichas de otras clases y sólo había que sacar y meter las diferentes tarjetas.
Aún así creo que el trabajo ha quedado bastante bien, sobre todo para ser el primero que hago.

Es un material significativo (parte de un cuento que les suele encantar), funcional (se usan las letras para formar palabras y comunicar, que es el verdadero objetivo de la lectura) y adecuado para esa edad (5-6 años).

BIBLIOGRAFÍA:

-        *    Apuntes de la asignatura: Desarrollo de las habilidades lingüísticas y lectoescritura. La Salle.
-        *   ¿A qué sabe la luna? Michel Grejniec. Editorial: Kalandraka S.L.  

jueves, 10 de abril de 2014

LA HORA DEL CUENTO

Es importantísimo ayudar al niño a descubrir el placer de escuchar cuentos, y para ello nosotros (educadores, padres…) debemos descubrir el placer de transmitir cuentos. Nosotros somos la voz para que ellos lleguen al libro que aún no saben leer.
Vamos a distinguir tres formas de transmisión literaria:
El cuentacuentos: Los relatos ya sean historias o cuentos nacidos de la imaginación o recogidos del mundo, son transmitidos oralmente. Es un acto de creación, ya que cada vez que el narrador transmite un mismo cuento, lo plasma, lo vivifica, pero siempre con alguna variante que lo identifica. Nunca contará, aún proponiéndoselo, el mismo relato punto por punto.
La narración enriquece la imaginación de los niños, ya que en el cuentacuentos no se enseñan imágenes.
La narración con libro: La técnica de la narración con libro es muy parecida al cuentacuentos, porque en realidad no se lee, sino que se cuenta, pero con el apoyo de las imágenes. El narrador va recreando la historia a través de las ilustraciones que muestra a los niños y va asegurándose de que se fijan en los detalles, en los gestos, en los movimientos...
Al igual que en el cuentacuentos, debe conocer la historia de antemano para transmitirla con sus palabras y para interactuar continuamente con los receptores.
La lectura: El que lee un texto en voz alta es un intermediario entre el texto y un grupo de oyentes que, o no saben leer o no disponen del texto para leerlo personalmente (en este caso niños que no saben leer). La lectura en voz alta es un acto de expresión oral, y el lector puede o no enseñar las imágenes a sus oyentes.

Diferenciadas brevemente las tres formas de transmisión literaria, comenzaré el análisis del cuento que escogí:

“LOS MÚSICOS DE BREMEN”
Elegí este cuento, porque cuando éramos pequeños a mi  hermano y a mí nos gustaba mucho y me trae muy buenos recuerdos (incluso se hizo una serie llamada “Los trotamúsicos” inspirada en la historia.)
“Los músicos de Bremen” es un cuento de los hermanos Grimm (Wilhelm y Jacob Grimm), traducido sería “Die Bremer Stadtmusikanten”, y transcurre en la Baja Sajonia, en los alrededores de Bremen (Alemania)
La historia que se narra es la de cuatro animales: un burro, un perro, un gato y un gallo, cuyos dueños han decidido sacrificarles, porque consideran que, por su vejez, éstos sólo consumen comida y ya no les son útiles para el servicio doméstico. Los animales se encuentran después de que cada uno, en forma independiente, haya huido de la casa de sus respectivos dueños. Al conocerse, deciden iniciar un viaje con destino a la ciudad de Bremen. En su camino hacia Bremen, llegan al anochecer a una choza en la que están refugiados unos ladrones. Con el objetivo de asustarlos para ocupar ellos la vivienda, forman una figura esperpéntica con sus cuerpos, al treparse en la espalda de cada uno de ellos, en el orden que se ha mencionado. Así emiten los sonidos propios de su especie, en unísono, lo que hace huir de terror a los bandidos.
Refleja que de cualquier aprieto se pueden sacar fuerzas y empezar de nuevo, la opción de ser músicos cuando ya no servían para ningún otro trabajo.
Dando una vuelta por la “Ruta de los Hermanos Gimm, ruta de los cuentos de hadas” , averigüé que en la primera versión del cuento ni siquiera se nombraba a la ciudad, pero en 1953 Bremen (donde es muy popular esta historia) colocó una estatua del grupo musical al lado del ayuntamiento.



Como está explicado en el resumen del cuento, los protagonistas son cuatro animales, una de las razones por las que he concretado la edad de los lectores de 4 a 5 años, además tiene una clase de acciones encadenadas al principio hasta que se juntan los cuatro animales, la trama es acumulativa pero con una clara secuencia unidireccional.  Por otra parte, es un cuento clásico, popular y por eso no tuve dudas de cómo lo iba a transmitir; contándolo. Generalmente esta clase de relatos nos llega a nosotros precisamente de forma oral, por lo que se prestan más que otros a ser narrados. El cuentacuentos era la forma ideal en mi opinión para hacerles llegar esta bonita historia.
Para captar el interés decidí empezar haciendo una pregunta. ¿Conocéis quienes son los músicos de Bremen? Eran  cuatro animales, ¿Queréis que os cuente su historia?...
Conté la historia en tercera persona y decidí no hacer voces a los animales, ya que eran cuatro, y no sólo no es de mis mayores virtudes, es que puede llevar a la confusión de los niños si no lo haces bien.
Al principio el cuento es más monótono ya que las secuencias en las que se van encontrando los animales son bastante parecidas, luego el ritmo, la entonación y la expresividad fueron aumentando.
Por otra parte, me parece muy positiva la interactuación con los oyentes, porque a través de ella, los introducimos en la historia y mantenemos su atención. En este caso, a la hora de emitir los sonidos propios de cada animal (el burro rebuznando, el perro ladrando, el gato maullando y el gallo cantando), mi intención es que lo hicieran ellos (en clase lo hicieron mis dos compañeras). Creo que les puede gustar mucho y se involucrarán más en la historia.

Al terminar el cuentacuentos, a mis compañeras les sorprendió que hubiera sido capaz de decir tantos detalles, pero además de haberlo preparado, una de las características de estos cuentos es que su esquema suele ser lineal y es fácil su memorización. Por otro lado me comentaron que al principio de la historia tenía que haber cambiado la entonación; romper de vez en cuando el tono. Tienen razón que cuando fue avanzando la historia cada vez me sentía más cómoda y eso lo refleje a la hora de transmitir, a esto se suma que la segunda parte de la historia tiene mucha más emoción y da pié a subir y bajar más la entonación. Por otra parte, esos “nervios” del principio también hicieron que el ritmo fuera demasiado rápido, tal vez contará la historia algo deprisa. Y si algo estoy aprendiendo es que hay que disfrutar de los cuentos, porque si lo haces, transmites y logras que el niño se meta de lleno en la historia y la disfrute como tú.
Otra de las cosas que observaron y yo no me di cuenta, es que aunque narré la historia en tercera persona, con alguno de los animales hable en primera persona y con otros no. Ellas me aconsejaron que a la hora de que hablen los animales (primera parte, cuando se van encontrando) queda mejor si las conversaciones son en primera persona y creo que tienen razón.
Para terminar, he de decir que lo difícil y lo bonito de un cuentacuentos es que es una historia que la sabes bien pero a  la vez la improvisas cada vez. Una de las veces utilicé la expresión “sentirse identificado”, y como me dijeron mis compañeras tal vez los niños no lleguen a entender bien el término aunque se entienda el contexto. Hay que tener en cuenta la edad de quien te escucha, y para este cuento decidí que sería niños y niñas de 4- 5 años.

Soy consciente de que a la hora de contar un cuento son muchas cosas las que hay que preparase, y aunque no se lo pude contar a nadie antes de clase, estuve practicando dando vueltas por mi habitación y frente al espejo. Sé que narrar bien lleva tiempo de dedicación, pero se ve recompensado por esos pequeños pero grandes oyentes.
Para terminar diré que en mi opinión “Los músicos de Bremen” es un cuento con grandes posibilidades sobre todo dentro de un aula, a la hora de contarlo, a mí personalmente me gusta que los niños estén en círculo junto a el/a educador/a; siento más cercanía, pero también pueden estar sentados en sus sillas y el/la profesor/a de pie, ya que sobre todo la segunda parte da lugar a mucho movimiento y expresividad.
Por otra parte y aunque no es la función de un cuento de estas características enseñar conceptos, los niños recuerdan los sonidos de los animales e incluso podemos meter el tema de la música, hablándoles o utilizando instrumentos que el narrador quiera para cada animal.

Terminaré mi análisis con una curiosidad de este cuento, ya que en realidad no se sabe si los animales llegaron a Bremen o se quedaron en el camino en una de sus aventuras extraordinarias.