APRENDIENDO CON.. “EL
SABOR DE LA LUNA”
Leer,
para un niño, supone un esfuerzo perceptivo y psicomotor, pero también la
búsqueda inteligente del sentido de un texto, y debe llegar a ser el placer de
descubrir.
Buscar
el sentido del texto porque leer no es descodificar, es comprender. Y a la vez
descubrir.
La
manera de enseñar a leer y escribir es muy importante; utilizar las
herramientas adecuadas y tener en cuenta la edad del niño.
En
esta actividad voy a crear un material didáctico, para ello primero repasaré
los distintos métodos de lectoescritura (que ya pudimos ver un avance cuando
analizamos “Letrilandia”).
Por
un lado están los métodos sintéticos; son los más antiguos y se llaman
sintéticos porque trabajan de la síntesis al análisis, de las partes más
pequeñas a las mayores por medio de la composición. Dependiendo de la
progresión sintética que sigan pueden ser: alfabético (letra- sílaba- palabra-
frase), fónico o fonético (sonido/letra - sonido/sílaba - sonido/palabra -
sonido/frase) o silábico (sílaba- palabra- frase).
La
parte más pequeña del código es la letra, que al igual que su unión; la sílaba,
son elementos no significativos. Los métodos de base sintética no son
significativos y requieren un alto grado de razonamiento simbólico que el niño
no posee hasta los 5 años más o menos. Actúan sobre la ruta fonológica y requieren la memorización de elementos que no
pueden ser comprendidos.
Las
ventajas de este método es que desarrollan la memoria, obtienen resultados
rápidos y proporcionan autonomía al alumno, ya que al conocer los componentes
identifican cualquier palabra.
Pero
también tiene inconvenientes ya que son muy mecánicos y poco motivadores además
no responden a la psicología del aprendizaje, el alumno reconoce por sí solo
los significantes pero no el significado.
Por
otro lado están los métodos analíticos o globales; se llaman analíticos
porque trabajan el análisis de los elementos desde los mayores a los menores.
Siempre parten de elementos lingüísticos significativos y utilizan la
memorización y la asociación para conseguir la asimilación. Al igual que en los
sintéticos dependiendo de la progresión analítica que sigan se distinguen tres
tipos: fraseológico (frase - palabra - sílaba - letra), contextual (texto -
frase - palabra - sílaba - letra) y léxico (palabra - sílaba - letra.)
El
contexto, la motivación (el interés) y la globalización (a cierta edad el niño
percibe mejor la totalidad que las partes) favorecen el aprendizaje. Además de
la globalización y el interés, la percepción visual son los tres principios generales de este método, de
ahí que trabajen la ruta ideovisual.
Las
ventajas de los métodos analíticos son que se apoyan en los principios
evolutivos de los niños respetando el proceso de aprendizaje, parten de partes
significativas y fomentan la creatividad con un aprendizaje lúdico y divertido.
Los
inconvenientes son que el aprendizaje es más lento, excesivo desarrollo de la
percepción visual sobre la auditiva, gran preparación del maestro ya que es
difícil comprobar las necesidades e intereses de cada alumno, además el niño no
conoce el código escrito y no identifica palabras nuevas.
Vistos
los dos métodos, con sus ventajas e inconvenientes, el mejor es un método
mixto; que utiliza elementos y técnicas de los métodos analíticos y de los
sintéticos. Y concretamente mixtos de base analítica; que tratan de acercarse
más aún a los intereses del niño y respetar sus procesos de aprendizaje, parten
de elementos significativos y van continuamente del análisis a la síntesis y de
la síntesis al análisis. Requieren mucho trabajo por parte del profesor y el
desarrollo de la motivación en el niño y deben trabajar tanto la ruta
ideovisual como la ruta fonológica.
Existen
dos tipos de métodos mixtos; el ecléctico (elaborado por las editoriales) y el
método personalizado (elaborados por los maestros)
En
este último, son los mismos niños los que marcan el proceso y el nivel dentro
del marco de la enseñanza globalizada; cada uno comienza el aprendizaje en el
momento óptimo de madurez y motivación y sigue su propio ritmo. Utilizan
técnicas mixtas y favorecen el trabajo en rincones. Los textos sobre los que se
trabaje no deberían ser pre-escritos sino elaborados o recopilados por el
maestro y los propios niños.
Y
es esto lo que voy a hacer en esta actividad: elaborar un material personalizado
para los niños y que trabaje ambas rutas; tanto la ideovisual como la
fonológica.
En
todo material una de las rutas es siempre más dirigida, en mi caso será la ruta
fonológica ya que se trabaja con letras, por tanto la edad será a partir de los
5 años (5- 6 años).
Se
trata de buscar letras para formar la palabra que define una imagen, imagen que
he sacado de un libro de literatura infantil que a los niños les encanta: “¿A
qué sabe la luna?
“¿A
qué sabe la luna?” es un libro que a mí me ha cautivado, ya hice un análisis de
él en la asignatura de “Literatura Infantil” y fue Irune (la profesora) quien
me dio la idea de inspirar la actividad en el libro. Yo propuse este libro para
3- 4 años y por supuesto a esa edad ya podemos empezar a trabajar la
lectoescritura, mediante la ruta ideovisual, de esta manera cuando lleguen a
los 5- 6 años reconocerán y leerán los animales y personajes que aparecen en la
historia y podemos ampliar a la ruta fonológica, ya que tanto para el
aprendizaje de la lectura como para el de la escritura es necesario aprender
las letras una a una y su dirección. Es importante reconocer las letras independientemente,
destacando el papel otorgado a la conciencia fonológica.
Además
es un material que les motiva; lo han visto antes y es familiar para ellos
tanto los personajes como las ilustraciones, mediante las cuales (relacionando
las palabras con las imágenes) se sigue trabajando la ruta ideovisual. En mi
opinión es importante que el material interese a los niños, para ello también
podemos utilizar elementos de su vida cotidiana como objetos de clase, de casa…
por lo que este material se puede hacer con infinidad de temas que al ser
reales les motiva más aprender.
Por
otro lado está el tipo de letra, en el material elaborado es bueno que
aparezcan letras mayúsculas y letras minúsculas pero no sólo la letra escolar
que aprendemos de pequeños sino las letras de imprenta que luego son las que
solemos utilizar de mayores. Es importante que los niños reconozcan los tres
tipos de letras.
Aquí
os muestro una plantilla del alfabeto con los tres tipos de letras que he
cogido del blog maestraespecialpt.
Físicamente
el material tiene la forma de un calendario de mesa donde hay letras e imágenes
que se van pasando.
A
continuación explicaré el material necesario y la elaboración ayudado de fotos
para que se entienda mejor.
Un
material debe realizarse en poco tiempo, utilizar materiales baratos o
reciclados, resistentes y seguros para los niños, por eso he intentado utilizar
cosas que tuviera en casa:
Materiales:
-
Cartulina.
Como tenía en casa carpetas de cartulinas es lo que he utilizado
Mi carpeta es color amarillo y la
medida es de 48 x 31, las rayas de las carpetas no se verán mucho porque serán
la parte de dentro del calendario pero aún así se me ha ocurrido pegar papel de
regalo azul (que va con la temática del material). Esto por supuesto es
opcional.
-
Regla,
pegamento, lápiz..
-
Plantilla
del alfabeto (la mostrada anteriormente) con los tres tipos de letra.
-
Los
dibujos del libro. Una portada y contraportada del libro y todos los personajes
que aparecen en el libro: la luna, tortuga, elefante, jirafa, cebra, león,
zorro, mono, ratón y pez. Los dibujos son los mismos que aparecen en el cuento,
son ilustraciones preciosas y además son con las que ellos están
familiarizadas, no tendría sentido poner otro león o mono que no es el que está
en el cuento.
-
Papel protector del plástico transparente adhesivo, es decir
el que se utiliza para forrar libros. Es importante que el material sea
resistente y para eso lo mejor es plastificarlo, para hacerlo en casa lo
podemos forrar que el resultado es prácticamente igual.
-
Anillas. Para hacer el “calendario” podemos encuadernar o
utilizar anillas. Yo he preferido hacer lo segundo para hacerlo todo yo, pero
hay que tener cuidado con este tipo de material que será duro y no se abra
fácilmente para que no suponga un peligro para los niños.
-
Perforador. Para hacer los agujeros.
Elaboración:
Para hacer la
forma de calendario dividimos el largo de la cartulina por la mitad; como es
una carpeta, mi cartulina ya está dividida por la mitad que sería 24cm. Hacemos
otra división a cada lado de las dos mitades que han quedado (yo la he hecho de
unos 6 cm). A continuación lo muestro con una foto en la que se ve también el
papel azul que le he puesto en el lado de atrás de la cartulina.
Una vez que
hemos dado forma a la cartulina, vamos imprimiendo y plastificando las letras y
los dibujos.
Los recortamos y
hacemos un agujero en cada letra y dos agujeros en las imágenes ya que son un
poco más grandes.
A continuación
anillamos las letras, las imágenes y la portada y contraportada. (la
contraportada se verá al pasar todas las imágenes.) Las letras las he colocado en
orden alfabético y las imágenes en el lugar que van apareciendo en el libro.
Y este es el resultado:
Para terminar no
debemos olvidar la autoevaluación: Es importante que los niños descubran ellos
mismos si han formado bien las palabras, para ello detrás de cada imagen
aparecerá la palabra escrita correctamente. Muestro un par de fotografías con
el ejemplo.
Una vez
finalizado el material, he de decir que podría haber quedado mejor; hay algún
agujero más del que debiera y tal vez si se hubiera encuadernado en lugar de
poner anillas pasarían mejor las letras y las imágenes pero mi intención era
que así se podían hacer fichas de otras clases y sólo había que sacar y meter las
diferentes tarjetas.
Aún así creo que
el trabajo ha quedado bastante bien, sobre todo para ser el primero que hago.
Es
un material
significativo (parte de un cuento que les suele encantar), funcional (se usan las
letras para formar palabras y comunicar, que es el verdadero objetivo de la
lectura) y adecuado para esa edad (5-6 años).
BIBLIOGRAFÍA:
- * Apuntes de la asignatura: Desarrollo de las habilidades
lingüísticas y lectoescritura. La Salle.
- * ¿A qué sabe la luna? Michel Grejniec. Editorial: Kalandraka S.L.